lunes, 28 de julio de 2008



Aunque estoy a punto de renacer,
no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme, y sería por otra parte una descortesía
que un hombre distinguido jamás haría.
Se me ha anunciado que mañana,
a las siete y seis minutos de la tarde,
me convertiré en una isla,
isla como suelen ser las islas.
Mis piernas se irán haciendo tierra y mar,
y poco a poco, igual que un andante chopiniano,
empezarán a salirme árboles en los brazos,
rosas en los ojos y arena en el pecho.
En la boca las palabras morirán
para que el viento a su deseo pueda ulular.
Después, tendido como suelen hacer las islas,
miraré fijamente al horizonte,
veré salir el sol. la luna,
y lejos ya de la inquietud,
diré muy bajito:
¿así que era verdad?

«Isla en peso», 1979

---- De estos escritos y otros estuve indagando y el viernes presencié una obra maestra
Si vas a comer Espera por Virgilo.

Esta obra de José Milián, imprescindible texto de la dramaturgia cubana contemporánea, arriba a su aniversario este 2008, año en que además se celebran los años del gran dramaturgo Virgilio Piñera. Para los festejos, han decidido la reposición del multipremiado espectáculo, no sólo por la crítica (varios Villanueva y Caricato), sino por la singular aceptación de público.

Nota :
El viernes pasado presencie el reestreno de la puesta en escena y pues solo me queda decir que me he puesto a buscar como una polilla en las bibliotecas las obras y ensayos de Piñera.

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